miércoles, 27 de abril de 2011

SEXO, DROGAS Y CAROLINA HERRERA.

    Tengo contracturas musculares en mi espalda y sólo estamos a miércoles. Hacía tiempo que no venía estresada de un viaje desde que fuimos a Egipto, y me pasé todo el crucero por el Nilo con gastroenteritis. Ni pude estrenar mi maravillosa sahariana de Yves Saint Laurent.

    Esta Semana Santa en Marbella, ha transcurrido llena de sobresaltos. Jim y yo sólo pensábamos en descansar aunque lloviera. Sin embargo, nos hemos pasado cuatro días intentando mediar entre Piti y su marido. Todo empezó un día antes de la fiesta en su jardín. La fuerza del granizo destrozó la carpa y el catering, según Rodrigo, no era lo suficiente para su grupo de influyentes amigos. Por más que Piti le explicaba que la comida asiática era lo último, él seguía pidiendo jamón de jabugo y gamba de Huelva. El colmo fue cuando Rodrigo nos pilló fumándonos un porro en el baño del servicio en plena fiesta.

    - ¡Es sólo para relajarme un poco Rodri!. Esta marihuana es genial, no seas carca cariño.

     Después del incidente, estuvieron el resto de las vacaciones como el perro y el gato. De nada sirvió que Piti se tirara todo el día cocinando los platos preferidos de su marido. Por eso, cuando ella se presentó en mi clínica, con una bolsa de La Perla y una sonrisa de oreja a oreja, pensé que el coito de reconciliación se había producido con éxito o estaba en camino. Nada más lejos de la realidad.

    -¿No me notas nada Rose?.

    - Sí claro, vienes radiante. ¿Una noche movidita?. ¿Te has comprado algo de La Perla?. Me encanta la nueva colección.



    - Pues eso espero, moverme esta tarde en una suite del Villamagna. ¿Vienes conmigo a Jimmy Choo?. Necesito unos tacones de aguja urgéntemente. Te invito a un coffe.

    - Joder, pensé que a Rodrigo no le iba lo dominatrix.

    - No es para él pava...

     Casi me caigo de culo cuando Piti me cuenta que existe una web de contactos sólo para gente casada o con pareja. Su lema es: "Renueva la pasión, ten una aventura. Cien por cien confidencialidad". Se llama Victoria Milán. Tiene nombre de madame de puticlub fino.


     - Estás loca de remate. Yo jamás sería capaz de algo así.

     - Este es el mejor invento para no divorciarte antes de los cuarenta. Después de lo de Marbella, he comprendido que la rutina está arruinando mi matrimonio. Rodri no avanza, así que avanzo yo. Mira, me he puesto botox. No se la edad de Paolo, así que por si acaso...

     - ¡Por Dios Pituca, ni se te ocurra!. Existen soluciones.

     - No existen. Lo hemos probado todo: París, cama sutra, viagra, tríos...y no grites en Jimmy Choo. Nos conocen.

     - No me vaciles tía. Ahora que las cosas os van bien. Eres una frívola. Me voy, te dejo aquí. Ya veo en tu frente la letra escarlata.

     A los dos días sin cogerle el teléfono a Piti, se presentó en la clínica vestida con un precioso traje de chaqueta de Carolina Herrera.

        - ¿Qué tal señora de Suárez?. ¿Quiere una cita con mi nuevo masajista brasileño de veiticinco años?.

        - No me riñas Rose. Traigo buenas noticias. Cuando llegué a mi cita sexual, resultó que Paolo era Paola. Salí del Villamagna corriendo y me metí en el Corte Inglés de Serrano a recuperar el aliento.

         - Y a comprarte ese traje seguro.

         - No fui yo, fue Rodrigo. Allí estaba el pobre en Tous. Eligiéndome unos brillantes para la reconciliación. Cuando le vi allí de pie, con su barriguita y sus canas y hecho un lío con la dependienta... Me volví a enamorar de él como el primer día. Nos tiramos toda la tarde de compras Rose.

          - Bonito final el de tu affaire, acabasteis locos de amor en Carolina Herrera.

          - En el fondo me estaba poniendo a prueba a mi misma, jamás hubiera sido capaz. Además, usamos el conjunto guarrete de La Perla.

          Y así acabó la última semana de abril. No se lo dije a Piti, pero sospeché por un momento que tal vez, esos diamantes de Tous, podrían haber ido a parar al cuello de alguna jovencita de Victoria Milán.
   

martes, 19 de abril de 2011

NO ME ESCAPO DE LA LLUVIA.

     Después de quince días de sol y calor, una borrasca traicionera quiere fastidiar mis planes de Semana Santa en Marbella. No hay nada más triste que quitar bikinis de Jordi Labanda de mi maleta, para meter cardigans y gabardinas. Aunque me sentí bastante mal cuando se agotó la cuarenta y dos de un vestido navy de Mango. De todas formas no se necesita nada navy si no se puede salir a navegar desde Puerto Banús.

    - Si quieres le digo a mi productor que no vamos. Casi me alegro. No me puedo creer que después de diez años juntos, me hayas regalado unos zapatos náuticos para ir a Marbella.

    - Pero si son de Pzero, la línea de moda de neumáticos Pirelli. Me he vuelto loca para encontrarlos. Puro diseño italiano Jim.

    - Pirelli..., tunnig para pijos. No gracias, con lo que te habrán costado, prefiero que los cambies por una cena con mariscada en Marbella.

    - Sí, mientras nos caen chuzos. He tenido que cambiar mis bailarinas por unos tacones de caucho. Aunque llueva, estaré monísima con mis pzeros. 




     - Dile a Charly que vamos. Después de trabajar me pasaré por casa de Piti a husmear en su armario de de nuevo nueva rica.

     Es increíble, yo me mato a trabajar diez horas en la clínica, y tengo que pagar unos zapatos a plazos. En cambio el marido de Piti, sólo ha necesitado cuatro meses para recuperarse de su crisis financiera. Esta mañana, vi a Piti y a Ohli entrando en Chanel y Burberry. Ha vuelto a llenar su guardarropa de nuevas tendencias luxury.

     Cuando llegué a su casa, Piti me recibió con una maravillosa túnica de Missoni vintage. La pobre, la acababa de sacar de la casa de empeños. Me puso una copa de champagne rosado y me acompañó a su vestidor.

     - Un trato es un trato. Los náuticos de Pzero para tu marido, a cambio de la cesión de tu ropa durante un mes.

     - ¿Cómo los has conseguido?, llevo dos meses buscándolos. ¿Y cómo es que tú conoces esta marca?. Es súper exclusiva.

     - Bonita túnica, hacía cuatro meses que no te la veía puesta.

     Tras dos horas sumergida en su armario, me hice con una chaqueta de tweed de Chanel verde lima, varios vestidos de fiesta de Cavalli y unas boltas altas de Jimmy Choo. Ni rastro de Burberry.

     - Estás abusando un poco Rose...

     - No me tires de la lengua Pituca. Te ví con Ohli por Ortega y Gasset. Me contó lo del nuevo trench de Burberry con mangas en napa negra. Me vendrá genial para la humedad de Marbella.

 
     - No sé de que me hablas.

     - Apárte y lo busco yo misma. Eso o me llevo los náuticos de tu marido. Ni Ohli sabe donde se venden.

     - ¡Traidora!. Está bien...es lo último que te presto. He de reconocer que lo escondí. Lo tenía reservado para ir a los toros.

      - Soborné a Ohli con uno de mis masajes de lavanda deluxe. Lo de ser estilista le estresa mucho.

      - ¡Perra!. Para que veas que no soy rencorosa, te invito a un dry martini ahora mismo. Por cierto, cuando llegues a Marbella, llámame. El Viernes Santo, doy una cena en casa. Hay que celebrar que recuperamos mi chalé.

      - Estamos en casa de Charly, no se sí los productores musicales son muy bohemios para Rodrigo.

      - Venga Rose cambia la cara. Claro que te iba a contar lo del burberry. Mi marido estará encantado de que vengáis.

       Aunque tengamos nuestras peleas, Piti es una de mis mejores amigas. Debajo de su missoni, tiene un corazón enorme, y me alegro mucho de que sus problemas económicos se solucionen. Ya os contaré mis vacaciones en Marbella, espero que los meteorólogos se equivoquen y brille el sol. Feliz Semana Santa a todos.

viernes, 15 de abril de 2011

LOS VAQUEROS DE PE...


  Tras cuatro años de esclavitud intentando entrar en unos vaqueros, los gurús de la moda han dedicido que vuelven los setentas. Las mujeres de esa época, decidieron liberarse de las opresiones: maridos, sujetadores, corsés...Se pusieron sus pantalones de pata de elefante y salieron al mundo a vivir mientras escuchaban a Janis Joplin. Nosotras en cambio, hemos decidido volver a la opresión en forma de jeans pitillo. Vaqueros que te cortan la respiración y sólo entran, si te embadurnas con polvos de talco. De tanto ver a Kate Moss con sus pitillos, me convencí a mi misma de que a mí también me quedarían bien...

    - Joder Rachel, me encantan tus vaqueros.

    - Son de SOS, la nueva marca de moda. Me gasté ciento cincuenta euros, pero mi chico no sabe nada...

    - ¿Qué tal estos?, tengo contracturas sólo de subírmelos coño.

    - Si te soy sincera, no te favorecen nada Rose. Le diré a la dependienta que nos saque otros.

    La dependienta de Ekseption, se acercó al probador con un modelo de MIH Jeans. Alta, rubia, pelo engominado, cincuenta quilos y vestido lencero de Dsquared. Sus tacones de doce centímetros, resonaban en toda la tienda. Mientras venía hacia mí, con esa suerte de pantalones campana de corte impecable, parecía enfadada por haber encontrado una cuarenta y dos que me sirviera. Se acabó su reinado, ahora toca el mío: curvas, pechos grandes y vaqueros de corte femenino.

      - Ponte tus pitillos mientras puedas Rachel. Mira que bien me quedan estos. ¡Y puedo respirar!. Dile a la doble de Kate Moss, que me los llevo a pesar del precio.

     Tras el shopping, nos tomamos una copa de cava en Isolee. Después de todo, hay que agradecer a Penélope Cruz un montón de cosas: las curvas femeninas, los vestidos ceñidos aunque tus tetas rebosen por el escote, el look más Sofía Loren y menos Audrey Hepburn y en definitiva, el destierro de los vaqueros pitillos y la vuelta de la ropa que se atiene al cuerpo de una mujer mas normal.

     Pe, tú en el fondo eres de las nuestras, chicas que sueñan con el éxito pero que no renuncian a los placeres de la vida. Yo tampoco dejaría un pincho de tortilla y una caña por entrar en unos vaqueros. Por cierto, tu sustituta amorosa Katie Holmes, también lleva mis MIH Jeans. Aunque yo tampoco dejaría a Javier Bardem, por Tom Cruise...