miércoles, 6 de julio de 2011

ORGULLO.

     No saldría a la calle con cuarenta grados a la sombra, si no fuera para asistir a la fiesta que Alain organiza en su show room de Gran Vía, con motivo del Orgullo Gay. Desde que traspasó su galería de arte para dedicarse al mundo del estilismo y la moda, no para de ganar dinero.

    - El arte murió con Andy Warhol. En cambio la moda está viva y todo el mundo quiere estar a la última. Te pones una camiseta de Andy Warhol para Pepe Jeans, y lo resucitas de una manera muy chic. Además la gente es tan hortera, que prefiere invertir en un Dior vintage antes que en un Miró.



    - Me alegro Alain, menuda terraza tienes, perfecta para ver pasar todo el desfile.

    - No, perfectos son tus gin tonics. Anda mona, prepárame uno de esos de pepino. Ah, y dile a Piti que se saque el palo del culo que los gays no mordemos.

    - Es que no la puedo sacar de la calle Serrano Alain. A ver si se suelta un poco con I will survive.

    Este año, nuestro Giuliani cañí, a prohibido la música en las calles de Chueca. Sólo podrás bailar si te pones unos cascos inalámbricos. Madrid cada vez se parece más a Nueva York: no puedes fumar, no puedes escuchar música alta, no puedes beber en la calle...Ohli está indignada, los cascos son muy anti estéticos y no iban nada bien con su traje de diosa griega de Versace. Vintage. De la época de Gianni. No creo que Ohli sepa ni quien es Miró.

     A la hora del desfile, el calor ya era insoportable y todos calmábamos la sed con gin tonics, vodkatinis y caipiroskas. Alain había contratado los servicios de un barman de Chicote. Ohli, Piti y yo, nos asomamos a la terraza a contemplar las carrozas.

    - Le he dicho a mi marido que me iba de rebajas, ni se imagina que estoy aquí.

    - De verdad Piti, dile a Rodrigo que abra un poco la mente.

    - ¡ Mirad esa carroza!. La de la revista Zero. Está llena de modelos de pasarela.

    - ¿Cómo lo sabes Ohli?.

    - Los conozco a casi todos. Lo que no sabía es que habían invitado al nuevo modelo de Dolce & Gabanna. Es un italiano guapísimo que estaba en la boda de Helena.

    - Si me suena, lo pillé en el baño de señoras rizándose las pestañas con una cuchara.

    - ¡Dónde va a parar!. Mucho mejor que con un rizador de Mac.

    De repente, el adonis italiano empezó a ponerse blanco y a hacer señales con la mano a sus amigos.Todos estaban tan ebrios que nadie le hacía caso. Se sujetaba el estómago con muecas de dolor.

    - ¡ Dios mío, Dolce & Gabanna tiene retortijones!. Ohli, baja y dile que se venga a casa de Alain. El pobre lo debe estar pasando fatal. ¡ Por Dios, lleva unos pantalones blancos ajustados...!






    A los diez minutos, Fabricio Rodari, estaba en el baño de diseño de Alain. Salío radiante de felicidad y perfumado con Angel de Thierry Mugler. Alain tiene un frasco enorme con dispensador para que todos sus invitados huelan a pasteles.

    - Helena tiene como amigas a unas excelentes personas. Me habeis salvado el culo, nunca mejor dicho.

     Las tres reimos a carcajadas imaginándonos las fotos del modelo de Dolce & Gabanna haciendo el ridículo en el Orgullo Gay de Madrid. Por supuesto Fabricio se quedó en nuestra fiesta bebiendo mojitos. No quería saber nada del resto de modelos que hacía unas horas no le habían ayudado. No sé si al final mi amigo Alain, ha hecho bien cambiando el arte por el desalmado mundo de la moda...

viernes, 24 de junio de 2011

BRONCEADO CERDEÑA

    No hay nada mejor que lucir bronceado en Madrid, cuando  la gente se apaña con las cabinas de tanning del Chi Spa o sentándose en una terraza a la hora del almuerzo. Hace cinco días que volví de la boda en Cerdeña de mi amiga Helena, y aun consevo el bello color de la isla en mi piel. Cuando mis clientas me preguntan por mi bronceado, las animo a pasar un fin de semana en Allghero. Seguro que les sale más barato que el falso bronceado en Chi Spa o Maribel Yébenes.

    Jim y yo decidimos gastar el dinero en cosas tan importantes como las maravillosas camas balinesas del club de playa del hotel, o en la caldereta de langosta del mejor restaurante de Cerdeña. Por eso, volamos en low cost, a pesar de la cara de espanto que puso Piti cuando se lo conté.

    - No puedes llegar a la mansión de Briatore en un charter. Además, en Alitalia, te regalan un pañuelo de Gucci si viajas en primera. El jet privado de Paolo, está al completo con la familia de Helena.

    - Tu no aprendes Piti. Gástate mil euros por dos horas en primera y usa el gucci cuando llores por arruinarte de nuevo. Por cierto, nunca me gustaron los motivos ecuestres de esos pañuelos.

    Al final, Piti entró en razón y viajó con nosotros en Easyjet. Me pidió que no se lo contara a nadie, su marido quería cerrar algún negocio con Briatore. Cuando se bajó del avión, aun le temblaban las piernas recordando la bolsita de cacahuetes fritos que le habían dado de desayuno.




   - Gracias Rose por convencerme. Rodrigo y yo, hemos podido reservar una suite en el Colonna Pevero. Es muy chic. En el baño hay una cesta con productos de La Mer y un frasco de la edición limitada de los perfumes de Armani. Mucho mejor que ese coñazo de pañuelo de Gucci.

    Piti, desde luego, no tiene remedio. Sobre todo cuando se presentó en la boda con un espectacular Armani Privee. Los destellos de su vestido, ensombrecieron mi Alberta Ferretti. Ohli me lo había prestado de su show room. Tuve que estar una semana entera comiendo pomelos. Casi acabo con una úlcera de estómago, pero entré en el vestido. De verdad, nunca comprenderé a las flacas.



    Por fin, apareció Helena de la mano de su padre. Iba preciosa con su vestido de Armani hecho en exclusiva por el mismo Giorgio. El, estaba sentado en primera fila admirando su creación y compitiendo en bronceado con Valentino y Cavalli. No podía haber más famosos por metro cuadrado. Casi piso a Lady Beckham en el baño. Y casi me desmayo cuando George Clooney, me pasó un canapé de cigala glaseada en el cóctel.

    La boda estaba siendo un éxito: Rodrigo consiguió algo con Briatore. Yo me quedé alucinada con las tetas perfectas de su mujer Elisabetta. Y Jim, claro. Ohli ligó con un francés muy guapo que  prometió enseñarle la Toscana y que al día siguiente, ya había desaparecido de su cama antes del desayuno. Y Piti...en fin, consiguió que Clooney le explicara el mecanismo de la cafetera Nespresso, ante la mirada atónita de Helena y Paolo. Pero no contenta con eso, se integró totalamente en el grupo de los diseñadores de moda bronceados, y se pasó toda la noche bebiendo mojitos de tequila con ellos. Estaba aburrida porque su marido no paraba de hablar con los magnates italianos.

    Al amanecer,  Jim y yo aun estábamos en la playa en plan romántico. Descalzos, y vestidos de etiqueta, pareciamos un anuncio de Dolce & Gabanna rodado en Capri. A lo lejos, Rodrigo sujetaba el pelo de Piti para ayudarla a vomitar el tequila. A la pobre le esperaban dos horas de vuelo low  cost  de vuelta a Madrid. De vuelta a la realidad.

miércoles, 8 de junio de 2011

NUNCA MANCHES UN CHANEL.

    No os vais a creer de donde salía aquella mañana a primera hora. Acababa de vivir la situación más surrealista de mi vida, mi primer y único juicio contra mi persona. Resulta que la señora de Suárez, residente en la calle Diego de León, me había demandado por mancharle un traje de vino francés.

    Todo empezó hace  mes y medio en la fiesta de presentación de la nueva colección de relojes Breitling. A los diez minutos del comienzo del evento, ya me habían servido una copa de borgoña y estaba colocada estratégicamente en la mejor esquina y sobre mis preciosos jimmy choos. Era una fiesta más, con la misma gente de siempre y claro que me fijé en esa señora vestida maravillosamente de Chanel: perfecto conjunto de dos piezas en rosa pastel, colección primavera/verano de 2011. Iba impecable. La más elegante, después de mi perfecto vestido rojo de Pedro del Hierro.


    El vino era delicioso y mi marido sonreía a mi lado, guapísimo con un smoking de Tom Ford. De repente, noté que se me doblaban las rodillas, cuando vi que Brad Pitt entraba por la puerta seguido de una nube de fotógrafos. Por lo visto, era la nueva imagen de la firma. A Angelina, la verdad, ni la miré. Todo sucedió a cámara lenta: la mirada cristalina de Brad, su perfecta sonrisa, el efecto del vino, los empujones de los fotógrafos y mi reserva del noventa y cinco sobre la señora de Suárez. Lo que siguió después os lo podeis imaginar. Gritos, amenaza de demanda y pérdida total de la elegancia. Aún así, nos quedamos disfrutando de la fiesta y del cóctel, pensando que no pasaría nada con el chanel puñetero.

    Mes y medio después, aquí estamos Rachel y yo, desayunando croasanes en Plaza Castilla.

    - Hemos triunfado Rachel, aún no me puedo creer que tus dos años de derecho, y tu look a lo Reese  Witherspoon en Una rubia muy legal, me hayan salvado de pagar tres mil euros.

      Rachel estaba preciosa con su melena rubia suelta y su traje de raya diplomática de Celine.Yo me había decantado por un vestido camisero de Carolina Herrera que Piti me había prestado para el juicio.



      - Tu estrategia de que el rosa pastel no es adecuado para una fiesta a partir de las diez de la noche, y de que Brad Pitt  alteró a los presentes, ha sido un éxito. Eso junto al color rubí intenso del borgoña del noventa y cinco, nada extraible de un buen crepé de seda, y por lo tanto un desacierto. Paga el seguro del catering.

      - Me encanta Reese, me voy a proponer acabar la carrera Rose. Gracias a tí.

      - Pero antes de nada, brindemos por Chanel y su acierto con los colores pastel en todas sus modalidades.

      - Incluido el cáscara de huevo.

jueves, 2 de junio de 2011

I LOVE MILAN

     Estamos en Milán. Cuatro mujeres solas, alojadas en un ático en Vía Montenapoleone. Después de un fabuloso desayuno en la terraza con vistas al Duomo, he distraido a las chicas y me he inventado una excusa. Desde que supe que viajábamos a Milán, sueño con el momento de posar mis tacones en el suelo de mármol de Prada Milano. La exclusiva tienda de moda abrió sus puertas en 1913 y por allí ha pasado desde Sofía Loren, a  Jackie Kennedy. Creo que con Onassis de apellido también.


     Tenía el tiempo justo antes de ir al atellier de Armani. Helena tenía la prueba de su vestido de novia a las once, debía estar a su lado porque al otro iba a estar Flavia, la madre de Paolo. Como me empeñé en calzarme mis jimmy choos de doce centímetros, y no quise coger un taxi hasta la tienda, se me hizo un poco tarde. Pero por fin estaba dentro de la historia de la moda, dentro de Prada Milano. En las mismísimas entrañas de Miuccia Prada.

      Estaba sentada en un precioso sofá de terciopelo rojo, calculando el número de plazos mensuales necesarios para pagar unos zapatos, cuando noté que una dependienta fijaba su mirada en mi nuca.

      - Sólo estaba mirando, llevo un mes enamorada de estos tacones de piel trenzada. Pero mejor me da la dirección de Miu Miu. A ver si me llega para unas bailarinas.

       - No señora, no era eso. Mire lo que quiera. Desde que entró, me he fijado en su vestido, es de nuestra colección de este verano. Pero algo distinto...


  
 
       - Pero nada, es de Zara. Supongo que en Italia a Amancio no le dejan vender sus imitaciones. Es mono, ¿verdad?. Cincuenta euros en Madrid.

        Salí de la tienda tarde, con mis zapatos de Prada en las manos y con un encargo de quince vestidos de Zara. Las pobres dependientas tienen unos sueldos bajísimos. Ni con el descuento como empleadas, suelen comprarse nada. A cambio del pedido, me dejaron los zapatos a precio de cliente vip. En Italia todo funciona así. Por supuesto, llegué media hora tarde a Armani.


       - ¿Dónde coño estabas?. Tienes el móvil sin batería. Giorgio está de los nervios. Tiene una sesión de fotos  con Victoria Beckham  en dos horas. ¡Ah, dios mío, has estado en Prada!. Nos dijistes que ibas al Duomo y te has ido de tiendas. Flavia está furiosa, así que lo tenemos difícil...

        - No es mi culpa, es el cuero italiano. Yo iba al Duomo...

        - Claro Helena, Prada es irresistible. Mira el trenzado de la piel.

         Giorgio nos pasó a un salón privado de decoración minimalista. Nos sirvieron café latte y esperamos a que saliera Helena con el vestido. Flavia ni nos miró. Estaba muy enfadada conmigo. En ese momento, hice el sacrificio mas horrible que he hecho por nadie. Valoré mi amistad con Helena y le regalé mis pradas a Flavia. Le conté que me había retrasado, porque buscaba un regalo inolvidable para la madrina. No sufría tanto por la moda, desde que descubrí atónita, que se volvían a llevar los zuecos con tacón.

         - Rose, cara. ¡Llevo semanas detrás de esa tacaña de Miuccia!. Prometió regalarme unos y sigo esperando.

          - La verdad, es que esta chica, no se estira mucho Flavia. Helena me lo contó todo y esta mañana salí corriendo a Prada.
 
       Los siguientes días en Milán fueron maravillosos. Helena y su suegra estuvieron todo el tiempo de compras y en los mejores centros de estética de la ciudad. A Flavia le pareció genial la idea de la boda en la playa y horroroso que compraran una casa en La Moraleja. Nos invitó a cenar en los mejores sitios y fuimos a un desfile de Valentino. No compré en Prada pero conocí a Armani y a Valentino. ¿Qué más puedo pedir?. Quizás que Helena me devuelva mis zapatos de Prada.
           

         


                                                                                                                                  

miércoles, 25 de mayo de 2011

HELP ME GIORGIO!

      Esta mañana mi amiga Helena me llamó histérica, acababa de tener su primera discusión con Paolo, su prometido.

      - Joder Rose, a un mes de mi boda, Paolo me suelta que prefiere vivir en una casa de La Moraleja que ha estado mirando. De repente, ya no le parece tan bonito y romántico mi piccolo ático en el Retiro. Que él, debe vivir en un sitio amplio, donde no se axfisie y pueda jugar al golf.

      - ¿Pero Paolo juega al golf?.

      -  Eso mismo le dije yo. Resulta que ese hombre sexy y salvaje del que me enamoré, se quiere ir a vivir a treinta quilómetros de Madrid para jugar al golf. ¿Qué pinto yo a treinta quilómetros de Chanel?. Me veo allí sola, aburrida y paseando a un yorshire metido en un horrible bolso de Louis Vuitton.

      - ¡Qué horror!. Uno de esos con el logotipo por todos lados, dando vueltas por la urbanización porque no encuentras un bar donde tomarte un vodkatini.


       - No te rías de mi.

       - Ves, lo bueno de no tener mucho dinero es que me tengo que decidir por un apartamento en Chamberí o en Malasaña. En el mejor de los casos.

        - Malasaña....volvería a esa época con los ojos cerrados. Cuando viviamos en esa buhardilla tan mona de la calle La Palma.

         - Lo recuerdo, salías con un diseñador gráfico con el pelo verde. Estabais todo el día de fiesta y os poníais hasta las trancas de...

         - Baja la voz Rose, ahora soy la mejor arquitecta de interiores de Madrid  y estoy prometida con un magnate italiano. Debería ser la mujer más feliz del mundo, Giorgio Armani está haciendo mi traje de novia. Cada vez que voy a su atelier de Milán, he adelgazado dos kilos. No puedo más, voy a acabar deprimida.
     
   - Una mujer no se deprime si Giorgio posa sus manos sobre ella para diseñarle un vestido en exclusiva.


          - Pues yo sí, me da igual Giorgio y su perfecta sonrisa blanca, su bronceado y su casa en el lago Como. Me da igual la boda en Cerdeña, Islas Mauricio y conocer a George Clooney. ¡Yo solo quiero ser feliz con mi marido, irme de copas con mis amigas y vivir en mi puto ático!. Si tuviera  su número de teléfono, llamaría al diseñador gráfico y me iría con él a Ibiza. A tomar speed, ácidos o lo que sea.

         - Helena, el speed ya no se lleva. Ahora mismo te vienes a mi casa y convoco una reunión con las chicas.

           Desde luego, aquella era una reunión de urgencia. Las chicas se presentaron en mi casa en treinta minutos. Piti trajo vodka, Ohli Malboro Light y Helena un par de ojeras.

          - Yo por un armani me caso aunque dure dos meses el matrimonio.

          - Piti, eres una frívola.

          - Es fácil insultar cuando conoces a George Clooney y tienes una casa en Como bonita. Vete a La Moraleja y deja de dar pena.

           - No es sólo eso Piti. Creo que lo que enamoró a Paolo de mí, ya no es suficiente. Ya no ve chic la boda en la playa, su madre le ha convencido para casarse en una iglesia de Alghero. Quiere ver a su supuesto hijo católico, casarse como Dio manda.

          - No contradigas a una mamma italiana nunca, o una cabeza de caballo aparecerá en tu cama.

          - No me asustes Ohli, estoy muy estresada. Dadme vodka. Sólo con hielo.

          - Pero Paolo y tú os amais, tienes que ir a Italia y dejarle las cosas claras a tu suegra.

          - ¡Qué buena idea  Rose, vámonos todas a Milán este fin de semana!. Ayudamos a Helena con lo de su suegra y nos vamos de compras a Gucci.

           - Claro, paga Piti.Vuelo, hotel y compras en la galería Vittorio Emanuele.

           - No hace falta, nos quedamos en el piso de Paolo en Vía Montenapoleone. Os necesito chicas, mi madre está muy ocupada en Marbella con su último ligue. Es una especie de Donald Trump ruso.

            Dos días después, allí estábamos, cuatro mujeres dirigiendo sus pasos al vuelo en business class a Milán. Vestidas para matar. Tacones de doce centímetros, ropa de Gucci y unos perfectos moños italianos.




             - Giorgio, allá vamos. Help us.

lunes, 16 de mayo de 2011

QUE ME DEDIQUEN UN BOLSO.

     A lo largo de la historia de la moda, los diseñadores han inspirado sus creaciones, en mujeres que, por una razón u otra, han acabado siendo auténticos iconos. Modelos, actrices e incluso reinas europeas. El sábado había quedado con Ohli para echar un vistazo a las nuevas tendencias. Te das un paseo por Ortega y Gasset, y acabas comprando la copia en Zara. Tomando un capuccino en  Le pain Quotidien, me empezó a explicar la obsesión, en los años sesenta, por diseñar un bolso con el nombre de la famosa de turno.

    - Me vas a decir que ahora Loewe, debería comercializar un bolso llamado Belén Esteban.

    - Bueno, ella como Jane Birkin, fue portada de las revistas por compartir su vida con un famoso feo.


    - ¿Estás comparando a Jesulín con Serge Gainsbourg?. El cantaba "Toa, Toa" y Serge "Je t'aime moi non plus". La canción más erótica y sensual del mundo, llena de orgasmos y gemidos...Estás loca Ohli.

    - Nada de eso, si Loewe se sacara el palo del culo y creara un bolso Belén Estaban, se vendería como churros. Los iconos de la moda han evolucionado.

    - Dirás involucionado, de Chanel a Bershka. Come algo Ohli, tu cerebro necesita azúcar.

    - Estoy en la operación bikini Rose. ¿Y qué me dices de un bolso Letizia, como el modelo Kelly de Hermès?. Grace era monísima.

     - ¿Monísima?. Era la mujer más guapa y elegante . Nuestra princesa comete algún error fashionista, Grace era perfecta.


     - Y aunque tarde, Lancel ha diseñado el bolso Brigitte Bardot. Lo quiero en todos los colores. La canción de Serge era para ella en un principio, pero como la pobre BB era un poco recatada en el año sesenta y nueve, la cantó Jane Birkin. ¿Las vegetarianas tienen orgasmos?. Como me oiga alguna...


    - Joder Rose, porque no engullamos solomillos al cabrales como tú, no significa que no disfrutemos en la cama. BB es preciosa también.

    - No te enfades Ohli, es pura envidia. Mataría por tus muslos. Anda cariño, vámonos a Zara a pillar un falso Marc Jacobs que he visto por internet.

    - Por cierto, dejando a la Esteban a un lado. ¿Cuál sería la nueva musa para un bolso?.

    - Yo por supuesto, mujer guapa, inteligente y trabajadora. Pero como no me conoce nadie, un híbrido entre Penélope Cruz, Kate Moss y Carla Bruni...

    - ¡Eso, un bolso para nosotras!. Somos las mejores Rose. Te dejo que me invites a una pizza.

    - Después de Jacobs bonita. La moda no espera.

sábado, 7 de mayo de 2011

AMO A KATE. ODIO A KATE.



      Quiero a Kate, odio a Kate. Me debatía en esta cuestión, mientras apuraba mi gin tonic de
 Hendrick´s con una rodajita de pepino. Las chicas al completo, habiamos quedado en el  Bristol a las ocho de la tarde del viernes veitinueve de abril. En este maravilloso bar inglés de la calle Almirante, retrasmitían la boda de Kate y Guillermo de principio a fin. Yo había tenido una semana repleta de trabajo en la clínica, gracias a una oferta que habiamos puesto en Internet. Estaba exausta tras dar veinte masajes con lavanda deluxe en cuatro días.


    - Anímate Rose, Willy ya está entrando en la abadía. ¡Qué guapo va!.

    - Hombre guapo, guapo…Desde hace un par de años, este chico se me va pareciendo más a su padre. Calvicie incluida.

    - No seas asi, desde que pusiste esa oferta, no hay quien te aguante. Toma prueba esta ginebra, es francesa. Y cómete un sándwich de remolaha y foie. Son los preferidos de Henry.

    - Madre mía Helena, que puesta estás en la familia real inglesa.

    - Mi prometido conoce al padre de Kate. Tiene una empresa de eventos y ha contratado sus servicios en Londres.

    - ¿A si?, pues cuéntalo todo ahora mismo perra.
  
    Aquello se convirtió en un interrogatorio en toda regla. Piti, Ohli, Beatrice y yo, acorralamos a nuestra amiga vilmente. Ahora me estaba empezando a divertir de verdad.

    - Diseñador del vestido.

    - Alexander…Mcqueen. Bueno su sucesora. Aire clásico y sencillo con encajes y bordados.

    Todas nos quedamos estupefactas cuando Kate se bajó del coche con su maravilloso traje de corte princesa. Era cierto que Paolo conocia al señor Middleton. Ya nos imaginábamos en Cerdeña, compartiendo yate con la pareja de recién casados. Con urgencia, tenía que renovar mis bikinis y pareos  para este verano.

    - Era un secreto a voces entre las estilistas. Yo misma te lo comenté la semana pasada.

    - Adios yate…Me voy a por otro gin tonic.

    - Lista de horrores estilísticos. No valen los tocados de las hijas de Sara Ferguson.

    - El horroroso vestido amarillo chillón de la reina Isabel.

    - Peor aún, su bolso rígido de charol blanco con dos asas.

    - El look opusino de la novia de Alberto de Mónaco.

     - El sombrero de Letizia a juego con un vestido más propio para un día de campo con picnic incluido.

    -  El estilismo de la mujer del primer ministro. Con esa melena al aire.

    - Que Pippa desbanque a la propia novia. Va preciosa.

    - Dicen que hay rumor de embarazo en la realeza sueca. Yo creo que el vestido de victoria, necesita una talla más.


     - ¿Y la reina Margarita de Dinamarca?. Agatha Ruiz de la Prada se declara fan total.

    La verdad es que me empezaba a encontrar mejor poco a poco. Las risas y las copas hacían su efecto.


    - Número uno idiscutible, Marie Chantal Miller. Chanel es un valor seguro.

    - Si, pero Victoria Beckam, arriesga más con sus louboutin de casi veinte centímetros.

    - Claro, si te caes con esos tacones y te recoge David, todo es más fácil. Está cada vez más bueno este chico.

    - Callad, que llega el beso en el balcón. ¡Qué romántico!.

    - Lo que no entiendo, es como con tanto dinero, organizan un banquete para que la gente coma de pie. Tanto glamur y zampan canapés con las manos. Helena, espero que tu boda sea mejor que ésta. Si no, me planto unas cuñas de Castañer en plan cómodo.

      - Por supuesto Piti, mesas con velas en la playa. Podreis ir descalzas. Es ideal.

    - ¿Y para qué coño me he arruinado yo en Dior?. Mañana devuelvo los peep toes, aunque me los puse unas horas para un cóctel.

    - Limpia las suelas con unas toallitas de bebé. Mano de santo.

    - Yo ya no hago esas cosas Ohli. Por cierto, somos unas frívolas, estamos aqui bebiendo gin tonics a las doce de la mañana. ¿No trabajáis hoy?.


    - Me he tomado el día libre. He cerrado la clínica por asuntos familiares, reales...


    - Más que frívolas, alcohólicas.


    Definitivamente, amo a Kate Middleton, su boda me está sentando genial. Risas, etilismo y descanso en un día laborable. No se puede pedir más. Por cierto, mi conclusión final de esta boda:



    - AAAARRRRRRRRGG.