Cada vez que llegan estas fechas, no puedo evitar pensar en un plan alternativo. Sol y playa, Marrakech, Japón...nada de nieve y lucecitas.
- Venga Jim, le decimos a la familia que me ha tocado en una rifa.
- Si claro, diez días a todo trapo en Islas Mauricio. Estamos en crisis Rose, haremos lo de siempre.
- Comer hasta reventar y pasar Nochevieja, viendo una gala de Jose Luis Moreno en la tele. Porque prefiero quedarme en casa, aun recuerdo el garrafón del año pasado.
- No te quejes, ¿dónde está tu espíritu navideño?.
- En algún lugar entre una horrorosa cena de empresa, y el ridículo que hice despues en el karaoke de Gran Vía.
- Eso fue hace tiempo, ahora eres una empresaria de éxito muy chic.
Como no había nada que hacer, me resigné y comencé los preparativos: recoger el capón de Cascajares, comprarme un vestido-putón de Cavalli en un outlet, volverme loca con los regalos en el Corte Inglés y comerme un panettone de San Pancracio. Lo del cavalli y el dulce es para compensar el tedio. Aunque despues del panettone, no entraré en el vestido para Nochevieja. Lo reservaré para algún evento en Buda Madrid. Cavalli es muy sexy de discoteca.
Para colmo de todo, mi amiga y clienta Piti, me invitó a lo último en fiestas navideñas: una tea party en Living in London. Me encanta este sitio, por eso escogí un vestido lavanda de lana inglesa. Lo complementé con mi bolso 2.55 de Chanel. Es falso. Regalo de mi madre. Lo compró en Chinatown.
- ¡Piti, creí que era una fiesta de chicas, té y pastas!. Y algún mojito claro...
- Pero si todas tenemos hijos, es una fiesta mixta. Celebramos las vacaciones de Navidad. Los niños no pueden faltar, así que apaga el cigarro. Está prohibido fumar.
Pensé que sería una tarde glamurosa, como las meriendas en Magnolia de Sexo en Nueva York. Acabó de la peor manera: mi traje lavanda manchado de chocolate, mono de tabaco y dolor de cabeza sin haber bebido. Aun así, espero no contagiaros mi poco espíritu navideño. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!!!!!!!!!!!
