sábado, 7 de mayo de 2011

AMO A KATE. ODIO A KATE.



      Quiero a Kate, odio a Kate. Me debatía en esta cuestión, mientras apuraba mi gin tonic de
 Hendrick´s con una rodajita de pepino. Las chicas al completo, habiamos quedado en el  Bristol a las ocho de la tarde del viernes veitinueve de abril. En este maravilloso bar inglés de la calle Almirante, retrasmitían la boda de Kate y Guillermo de principio a fin. Yo había tenido una semana repleta de trabajo en la clínica, gracias a una oferta que habiamos puesto en Internet. Estaba exausta tras dar veinte masajes con lavanda deluxe en cuatro días.


    - Anímate Rose, Willy ya está entrando en la abadía. ¡Qué guapo va!.

    - Hombre guapo, guapo…Desde hace un par de años, este chico se me va pareciendo más a su padre. Calvicie incluida.

    - No seas asi, desde que pusiste esa oferta, no hay quien te aguante. Toma prueba esta ginebra, es francesa. Y cómete un sándwich de remolaha y foie. Son los preferidos de Henry.

    - Madre mía Helena, que puesta estás en la familia real inglesa.

    - Mi prometido conoce al padre de Kate. Tiene una empresa de eventos y ha contratado sus servicios en Londres.

    - ¿A si?, pues cuéntalo todo ahora mismo perra.
  
    Aquello se convirtió en un interrogatorio en toda regla. Piti, Ohli, Beatrice y yo, acorralamos a nuestra amiga vilmente. Ahora me estaba empezando a divertir de verdad.

    - Diseñador del vestido.

    - Alexander…Mcqueen. Bueno su sucesora. Aire clásico y sencillo con encajes y bordados.

    Todas nos quedamos estupefactas cuando Kate se bajó del coche con su maravilloso traje de corte princesa. Era cierto que Paolo conocia al señor Middleton. Ya nos imaginábamos en Cerdeña, compartiendo yate con la pareja de recién casados. Con urgencia, tenía que renovar mis bikinis y pareos  para este verano.

    - Era un secreto a voces entre las estilistas. Yo misma te lo comenté la semana pasada.

    - Adios yate…Me voy a por otro gin tonic.

    - Lista de horrores estilísticos. No valen los tocados de las hijas de Sara Ferguson.

    - El horroroso vestido amarillo chillón de la reina Isabel.

    - Peor aún, su bolso rígido de charol blanco con dos asas.

    - El look opusino de la novia de Alberto de Mónaco.

     - El sombrero de Letizia a juego con un vestido más propio para un día de campo con picnic incluido.

    -  El estilismo de la mujer del primer ministro. Con esa melena al aire.

    - Que Pippa desbanque a la propia novia. Va preciosa.

    - Dicen que hay rumor de embarazo en la realeza sueca. Yo creo que el vestido de victoria, necesita una talla más.


     - ¿Y la reina Margarita de Dinamarca?. Agatha Ruiz de la Prada se declara fan total.

    La verdad es que me empezaba a encontrar mejor poco a poco. Las risas y las copas hacían su efecto.


    - Número uno idiscutible, Marie Chantal Miller. Chanel es un valor seguro.

    - Si, pero Victoria Beckam, arriesga más con sus louboutin de casi veinte centímetros.

    - Claro, si te caes con esos tacones y te recoge David, todo es más fácil. Está cada vez más bueno este chico.

    - Callad, que llega el beso en el balcón. ¡Qué romántico!.

    - Lo que no entiendo, es como con tanto dinero, organizan un banquete para que la gente coma de pie. Tanto glamur y zampan canapés con las manos. Helena, espero que tu boda sea mejor que ésta. Si no, me planto unas cuñas de Castañer en plan cómodo.

      - Por supuesto Piti, mesas con velas en la playa. Podreis ir descalzas. Es ideal.

    - ¿Y para qué coño me he arruinado yo en Dior?. Mañana devuelvo los peep toes, aunque me los puse unas horas para un cóctel.

    - Limpia las suelas con unas toallitas de bebé. Mano de santo.

    - Yo ya no hago esas cosas Ohli. Por cierto, somos unas frívolas, estamos aqui bebiendo gin tonics a las doce de la mañana. ¿No trabajáis hoy?.


    - Me he tomado el día libre. He cerrado la clínica por asuntos familiares, reales...


    - Más que frívolas, alcohólicas.


    Definitivamente, amo a Kate Middleton, su boda me está sentando genial. Risas, etilismo y descanso en un día laborable. No se puede pedir más. Por cierto, mi conclusión final de esta boda:



    - AAAARRRRRRRRGG.

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