jueves, 3 de febrero de 2011

¿DÓNDE ESTÁ LA NIEVE...?

    La de cosas que yo he visto por culpa de esta maldita crisis económica. En estos dos últimos años, han pasado por mi clínica pacientes con historias sobrecogedoras. Mi deber como terapeuta es liberar tensiones físicas, pero en el camino me siento obligada a atender tensiones emocionales también: divorcios conflictivos con secretaria rubia incluida, embargos de chalés y de anillos de compromiso de Tiffany, con novio plantado en el acto. Para mis clientes, por muy difícil que parezca, también son malos tiempos.

    Nunca me imaginé que mi amiga Piti estaba en una pésima situación.

    - Rose, lo siento, pero de momento no te voy a poder pagar mis masajes semanales. No tengo liquidez.

    - ¿Qué te pasa cariño?. Creí que llevabas dos semanas sin pagarme porque al final te compraste un reloj en Bulgari. Llevabas meses obsesionada con eso.

    - Ya quisiera yo...el banco me ha anulado todas las tarjetas. El último negocio de mi marido ha resultado un fracaso. ¿Cómo se le ocurrió lo del hotel de hielo en los Pirineos?. Por debajo de Alemania no nieva hasta enero.

    - No te preocupes...

    - Nos han hipotecado la casa de Madrid, el chalet de Sotogrande y mi colección de perlas de Cartier. Sólo tengo una tarjeta de débito para emergencias. Es horrible...me he quedado sin servicio y hago la compra en Carrefour para no encontrarme con mis vecinas.

    - Al final los ricos también lloráis.

    - Rose, hasta que salga de ésta, sólo te puedo dejar mi cabaña de Baqueira. Es lo único que no han podido embargar porque está a nombre de mi tía.

    - ¿Me das una de tus propiedades?.

    - No graciosa, te la presto para que vayas a esquiar.

    - Pero si odio esquiar, lo único que me gusta de ese deporte, es la equipación que venden en Chanel a partir de diciembre.


    Y así me quedé, sin cobrarle a Piti y con una cabaña deluxe en los Pirineos. Daños colaterales de la crisis a parte, mi socia y yo decidimos pasar el fin de semana en Villa Pituca. Gracias a su tía, era lo poco que le quedaba a la pobre, y decidimos probar el jacuzzi y los cafés irlandeses del pub inglés de la esquina.
 
      Recuerdo esos días, como los más surrealistas de mi vida: dos proletarias disfrutando gratis de los lujos de la alta sociedad madrileña. Por supuesto,  visitamos las ruinas heladas del hotel que nunca llegó ni a la inauguración, y nos reímos mucho intentando hacer snowboard. También cenamos en la mesa que Piti siempre reservaba al lado deVicent Cassel, el marido de Monica Belucci.


  

    - Pobre Piti, tardará mucho en tomar la cassoulet en este restaurante. Espero que todo salga bien, le he cogido cariño.¡ Brindemos por el fin de los malos tiempos Beatrice!.

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