miércoles, 30 de marzo de 2011

HELLO DOLLY

    Llega la primavera, y mi agenda se llena de eventos. Mi amado Jim, se encuentra en la cama con ciática, lo que se convierte en un problema. Nuestra gran amiga Dolly, nos llamó ayer para invitarnos al Ciclo de Jazz del hotel Santo Mauro.

    - Rose, tenéis que venir. Es mi primera actuación en un festival de jazz y os necesito.

    - Tengo a Jim en la cama. Después de dos masajes y tres myolastanes, parece que mejora. Si no...empiezo con el whisky.

     - Además, no puedo pagar a una estilista.Confío mucho en tus consejos. Mañana nos vamos de compras.

     - No te preocupes, llamo a Ohli, me debe un favor.

     - ¿Ohli?, ¿esa amiga tuya de la talla treinta y cuatro?. Es un poco snob.

     - Es muy buena profesional, ya verás.

     Quedé con Ohli en el Cafetech del Petit Palace de la calle Jorge Juan. Dolly y yo, la mirábamos alucinadas: peinado perfecto, vaqueros pitillos de Salsa Jeans y cazadora roja con tachuelas. Deslumbraba sin maquillaje, sólo con rouge en los labios. Nos entraron ganas de cambiar el capuchino y los muffins, por un zumo biológico o algo así. Este tipo de mujeres, te hacen sentir culpables ante ingestas de quinientas calorías.

     Nos pusimos en marcha, recorrimos todos los outlets de la calle Lagasca, en busca del vestido perfecto.

    - Yo había pensado en un look a lo Billie Holiday, te quedaría muy bien unas gardenias en el pelo Dolly. Tengo en mi showroom unos zapatos de la antigua colección Jazz Club de Dior.

    - Ohli, este vestido de karen Millen, es precioso, pero no lo puedo pagar.

    - No te preocupes, tengo el cuarenta por ciento de descuento aquí. Me hacen el favor desde que me prestaron un vestido amarillo chillón. Se lo mandaron directamente a mi clienta. El portero me contó que se oían los gritos por todo el edificio. El vestido era para el funeral de alguien muy importante...Y encima, era vox populi que ella era su amante, desde hacía veinte años.

      - Bueno, tendré que arrastrar mi culo por todos los escenarios de Madrid para pagarlo. Lo que es cierto, que así vestida, más de un casado perdería la cabeza.

      - Orlando Bloom está casado desde luego...

      - ¿Orlando?.

      -  Si, se aloja en el Santo Mauro. Promociona su peli en España y ha venido sin Miranda...

    Ohli no debió mencionar a Orlando. Dolly está loca por él desde El Señor de los Anillos. Le excitan las orejas élficas. Estaba muy nerviosa una hora antes el concierto, buscaba sus gardenias por todo el camerino mientras apuraba su whisky.

       - Esta noche quiero ser como Billie Holliday, ¿pero dónde puse las putas flores del pelo?. ¿Dónde está Ohli?.

     Corrí por toda la calle Almagro y llegué justo antes de que cerraran Bourguignon. El florista me miraba sorprendido mientras yo guardaba el equilibrio sobre mis diors. La verdad es que la colección Jazz Club de Ohli, era espectacular. Doce centímetro de tacón justos. Hechos a mano en piel de pony, pobres caballitos...


    - ¡Señorita!, ¿algo más?. Estamos cerrando.

    La noche fue perfecta. Dolly estuvo maravillosa pero ni rastro de Orlando Bloom. Al final del concierto, estábamos hambrientas y nos colamos en la cocina del hotel a tomar vodkatinis y salchichas con los músicos.

    - Vamos Ohli, come un poco y suelta esa ensalada. No estoy enfadada, seguro que era un bulo lo de Orlando.

    De repente, la puerta de la cocina se abrió y justo cuando íbamos a salir por patas...

    - Hello Dolly. I love your voice so much. You are wonderful. Sorry, I'm Orlando.

    Seguro que para Dolly fue una noche inolvidable. Yo al llegar a casa, seguí dando masajes a mi maridito...con mucho amor.

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